De acuerdo con el INEGI durante 2014 vivían alrededor de 549 niños menores de seis años dentro de las prisiones, pues más del 60% de las internas se embarazan mientras cumplen su condena, como consecuencia de las visitas conyugales o de interreclusorios.
A pesar de su corta edad, los niños que viven dentro de los reclusorios carecen de un ambiente saludable para su desarrollo, pagan junto con sus madres la condena dentro del penal, lo cual implica dormir en camas de concreto junto a todas las demás presas, no sociabilizar con otros pequeños de su edad, carecer de una alimentación óptima para su crecimiento y luchar como cualquier otro preso por defender su integridad.
Para la mayoría de esos pequeños, lo único que conocen en sus primeros años de vida es el reclusorio, ya que a pesar de poder salir de la prisión, no reciben la visita de algún familiar que salga con ellos de paseo.
El aprendizaje de los niños en los reclusorios también se ve gravemente afectado, ya que es deficiente en comparación a cualquier niño de su edad, pues hay muchos objetos y situaciones de las cuales se mantiene aislado, por el ejemplo los perros, gatos o cualquier otra mascota que forma parte de la vida cotidiana de cualquier otro niño.
Y sin duda, inculcarles valores en un ambiente tan hostil, lleno de crimen y peleas se vuelve muy complicado, especialmente para sus madres, pues los pequeños aprenden del comportamiento de ellas dentro del penal.
Es por ello, que AINDAC ha iniciado su Taller de Valores en el Centro de Desarrollo Infantil (CENDI) ubicado dentro del reclusorio de Santa Martha, a través del cual, se atiende los menores que ahí viven, la visita de nuestros voluntarios permite que los pequeños se relación en con personas externas al reclusorio, además de ayudarles a ampliar su vocabulario a través de las clases donde aprender nuevas palabras e identifican diferentes tipos de valores, pero sobre todo a inculcar en ellos principios que les ayuden durante su desarrollo, tanto dentro como fuera del penal.
Sin duda es una labor de perseverancia y constancia, para ver en esos pequeñitos el fruto de una vida transformada, sin importar el lugar donde ellos se desenvuelven.
Si quieres conocer más sobre este programa y apoyarlo puedes escribirnos a contacto@aindac.com.mx